AVE! ADVENTUM TUUM GRATULO! O lo que es lo mismo: ¡Hola! ¡Bienvenidos!
Hoy os vamos a hablar del alfabeto romano, también llamado alfabeto latino, que es el que utilizan actualmente las lenguas como el español, el francés, el alemán, el italiano, el inglés, el turco, el sueco y algunas otras más. Si habéis alguno de estos idiomas, sabréis que hay caracteres que se le añaden, como el acento circunflejo (^), las tildes y otras marcas que, a priori, pueden parecer extrañas.
En cuanto a su caligrafía, hay casi tantas variantes como personas que escriben. Cada una tiene su estilo de escribir mayúsculas y minúsculas, por no hablar del sinfín de tipografías que encontramos nada más abrir un documento de texto como el Word, pero hoy nos vamos a referir al alfabeto romano original.
ORIGEN DEL ALFABETO ROMANO
Se llama alfabeto romano porque, como su propio nombre indica, fue el que usaban los antiguos romanos, aunque con algunas letras menos. Era una adaptación del griego, que a la vez lo era del fenicio, y así podemos remontarnos al inicio de la escritura.
El alfabeto romano original constaba de 23 letras y no tenía ni la “J” ni la “U” (se añadieron a partir del siglo XVIII). Al principio, estas letras eran mayúsculas, no existían las minúsculas y no dejaban espacio entre palabras.
EL ALFABETO ROMANO EN INSCRIPCIONES EN MONUMENTOS ANTIGUOS
Un ejemplo de este tipo de letra es la que encontramos monumentos antiguos romanos, como las inscripciones en letras mayúsculas cuadradas romanas que vemos en el Arco de Tito o en el Panteón de Agrippa.